El amaranto tiene excelentes valores nutricionales, por lo que es difícil saber por dónde empezar cuando se habla de su composición.
En primer lugar, es muy rico en proteínas vegetales. No sólo contiene más que la mayoría de los cereales con los que se compara, sino que también son de mejor calidad.
Entre estas proteínas se encuentra la lisina, un aminoácido esencial que no se encuentra en casi ningún otro cereal. Cabe mencionar que es muy bueno en la prevención y el tratamiento para la diabetes.
Pero eso no es lo único que lo diferencia de los granos. El amaranto es también una excelente fuente de hierro y calcio, pero también contiene grandes cantidades de magnesio, fósforo y cobre, así como zinc y potasio. Además, es una gran fuente de fibra y vitaminas A, B y C. Finalmente, el amaranto es bajo en grasa y no contiene ningún rastro de gluten.
Dados estos valores nutricionales, no hace falta decir que el amaranto tiene muchos beneficios.
Da energía
El amaranto, principalmente sus hojas, es rico en hierro, lo que ayuda a combatir la fatiga y la anemia. Las vitaminas y minerales que contiene también nos dan energía para todo el día, a la vez que ayudan a combatir el envejecimiento. Si se consume con regularidad, puede incluso ayudarnos a mejorar nuestra condición física.
Ayuda a combatir la depresión
La salud cerebral puede tener una influencia directa en la depresión. Cuando no tiene todos los nutrientes que necesita, la salud de sus células se ve afectada. Esto puede llevar a una severa baja moral e incluso a la depresión.
Para combatir esto, el amaranto contiene lisina, un aminoácido esencial que tiene un efecto estimulante en el cerebro. Esto estimula al cerebro a recuperar su salud y dificulta que la depresión se mantenga en su lugar.
Alivia las condiciones de la piel y la embellece.
Las hojas de amaranto son efectivas contra muchas irritaciones y alergias de la piel, como el eccema y el acné. De hecho, contienen escualeno, un lípido que también se encuentra en el sebo de la piel. Gracias a sus virtudes antioxidantes y antiinflamatorias, nutre la piel y ayuda a prevenir los problemas cutáneos, pero también los alivia y los reduce.
El consumo de amaranto solo ayuda a combatir las condiciones de la piel, pero también puede utilizar sus hojas como mucílago o aplicar aceite de amaranto a su piel.
Además, gracias al escualeno que contiene, el amaranto hidrata la piel, promueve la elasticidad y la hace saludable y radiante.
Trata las venas varicosas
El amaranto también ayuda a embellecer la piel reduciendo las várices. Esto se debe principalmente a su alto contenido en flavonoides, que actúan contra el fortalecimiento de las venas varicosas. Además, la vitamina C que se encuentra en el amaranto ayuda a fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos. Al consumir amaranto con regularidad, usted podría ver por lo tanto que sus venas varicosas disminuyen significativamente.
Mejora la salud cardiovascular
Las fibras del amaranto ayudan a eliminar el colesterol malo limpiando la sangre. Esto reduce la presión sanguínea y, por lo tanto, el riesgo de desarrollar un problema cardíaco. El potasio también tiene un efecto en la salud cardiovascular, que ayuda a mejorar en general.
Fortalece los huesos
El calcio que contiene se filtra en la estructura ósea para fortalecerla desde el interior y evitar la desmineralización de los huesos. Los huesos son entonces más fuertes, lo que reduce el riesgo de desarrollar osteoporosis.
Protege los ojos
Gracias a su contenido en carotenoides, vitamina A y antioxidantes, el amaranto tiene una influencia positiva en la salud de los ojos. Por ejemplo, reduce el riesgo de cataratas o degeneración macular.